Después de unas agotadoras clases, me dirigí a la locura en que se convertía nuestra cafetería a esa hora de la tarde.
Tome una bandeja de la pila que había a un lado y luego de tomar una manzana y una enzalada, estuve como tres minutos desidiendo si tomaba o no proste. Al final decidí que si. Puse un trozo de tarta en mi banjeda y caminé hasta una mesa desocupada.
Tome una bandeja de la pila que había a un lado y luego de tomar una manzana y una enzalada, estuve como tres minutos desidiendo si tomaba o no proste. Al final decidí que si. Puse un trozo de tarta en mi banjeda y caminé hasta una mesa desocupada.